Elogio a la lengua castellana, de Juana Ibarbouru es un romance y por ende está compuesto de versos octosílabos. En todas las estrofas observamos la presencia de rimas consonantes, excepto en la tercera estrofa, cuya rima es asonante.
El romance contiene diversos recursos literarios, entre ellos la repetición, la enumeración, la metáfora -pura e impura-, la personificación, la comparación y la antítesis.
La poesía inicia con una invocación similar a la que tienen los poemas épicos en los que se pide a las musas que los inspiren para estar a la altura de narrar tales hechos, como La Ilíada o la Odisea. Es posible que la similitud sea intencional y pretenda dar cuenta de lo importante que es el tema, la lengua castellana.
En la composición utiliza el contraste de un verso a otro para hacer notar la extensión territorial del uso del castellano y su flexibilidad. Así se citan a “Teresa la mística” seguida de un amor (“el hombre que yo quiero”); a Cervantes y Mariano de Larra; los cantares de gesta y la vidalita de los Andes; a los cantos de amor y fe, como también a los de hastío y desengaño.
El poema cierra del mismo modo, reafirmando la extensión de su uso en las tierras colonizadas (“habla de plata”, por Latinoamérica) como en la de los colonizadores (“y cristal”, por España), y con una comparación con otro idioma imperial, el latín, del cual remarca que se trata de una lengua muerta, en desuso a diferencia del castellano, vivo “cual un manantial”.
Recursos | |
Repetición | “Te habló Teresa la mística, / te habla el hombre que yo quiero”
“En ti he arrullado a mi hijo (…) / en ti canta el pueblo mío” |
Metáfora | “millonaria de luceros” (metáfora pura)
“lengua de miel en el canto” (metáfora impura) |
Personificación | La personificación de la lengua castellana está en todo el romance |
Antítesis | Altanera / bizarra
Miel en el canto / recia en la ofensa / suave en el llanto Cantar en España / vidalita en los Andes Llama / manantial |
Comparación | Ardiente como una llama
Viva cual un manantial |
ELOGIO DE LA LENGUA CASTELLANA
¡Oh, lengua de los cantares!
¡oh, lengua del Romancero!
te habló Teresa la mística,
te habla el hombre que yo quiero.
En ti he arrullado a mi hijo
e hice mis cartas de novia.
Y en ti canta el pueblo mío
el amor, la fe, el hastío,
el desengaño que agobia.
¡Lengua en que reza mi madre
y en la que dije: ¡Te quiero!
una noche americana
millonaria de luceros.
La más rica, la más bella,
la altanera, la bizarra,
la que acompaña mejor
las quejas de la guitarra.
¡La que amó el Manco glorioso
y amó Mariano de Larra!
Lengua castellana mía,
lengua de miel en el canto,
de viento recio en la ofensa,
de brisa suave en el llanto.
La de los gritos de guerra
más osados y más grandes,
¡la que es cantar en España
y vidalita en los Andes!
¡Lengua de toda mi raza,
habla de plata y cristal,
ardiente como una llama,
viva cual un manantial!
Juana de Ibarbourou
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